miércoles, 30 de mayo de 2007

Divas

Me encontré con una de esas divas de afterhours, irresistibles lolitas viciosas sinónimo de dulce perdición. Hay que ser muy capullo para enamorarse a esas horas, en un sitio así y con la cabeza de aquella manera. Pero el hombre, y en eso estoy de acuerdo con las tías, es un capullo por principios. Nada más verla supe que quería tenerla y no sólo esa noche, sino cuantas más mejor. ¿No es eso el amor?. Pues eso.

El relato completo aquí.

2 comentarios:

Genesis dijo...

Que cierto es,... y que misóginos nos hace a veces ser tan gilipollas...

Habrá que leerse el relato. Un abrazo tío!!

Luis Felipe dijo...

Yo siempre he pensado que los tíos somos infinitamente más gilipollas que las tías porque nos enamoramos sin sentido muchas más veces que ellas. El relato completo no es gran cosa, pero el primer párrafo me pareció cojonudo y ahí queda. Un abrazo artista!